Tumbado en mi cama, mientras la oscuridad lo absorbe todo comienza mi ritual de cada noche.
Enciendo el reproductor y me coloco los cascos y así mi alma comienza a despertar de su letargo; a medida que la música comienza a sonar mi mente comienza a viajar a los mundos que evoca la música, paraísos artificiales que solo podrán ser disfrutados mientras que la melodía los va dibujando en mi mente.
Personajes peculiares cobran forma en cuanto los lugares están terminados, Seres alados recorren los cielos y te invitan a viajar con ellos hacia los confines del universo evocado por la canción.
Y es entonces cuando tu aceptas y te dejas llevar pensando que todo eso puede ser real, pero, mientras sobrevuelas los maravillosos océanos que cubren ese mundo, las manos que te sostenían en en aire comienzan a abrirse, soltándote al vacío y dejándote otra vez de vuelta a la cama donde te das cuenta de una cosa...
La canción ha acabado...
Y tras este final, todo ese mundo desaparecerá, sin dejar una huella visible en el mundo, pero que notarás en lo mas profundo de tu corazón, porque tu alma desea regresar con toda su fuerza al lugar del que proviene y que le acabas de rememorar....
Así que tú, como buen portador, decides re-escuchar esa canción que tan dentro te ha llegado una y otra vez, sin saber realmente que es tu alma la que lo desea...
